miércoles, 4 de noviembre de 2020

La revolución del 14



Final del mundial 2014: la tiene Palacio y encara hacia el arco. Le sale Neuer y mientras todos imploramos "por abajo...por abajo" observamos atónitos que la joya la pica y la manda por arriba del horizontal. 

Más o menos así se deben haber sentido los progres de barrio norte, cuando al sintonizar C5N lo vieron a Grabois saliendo de un campo tomado en Entre Ríos con cara de perro mojado. Los tipos se fumaron 5 años del nacional, otros 10 de exactas  o sociales, se compraron la biblioteca completa de Chomsky y ahora vieron a su camarada, otrora defensor de la revolución alimentaria, sembrando perejiles y cargando palas mientras una yunta de bueyes hacían el arado. Yo que solo lei Billiken, todavía no lo puedo creer.

Para hacerles más liviana la jornada y antes de que procedan a desprenderse de una tan preciada colección de libros, me permito ayudarlos a entender lo sucedido. Lo primero que queda claro es que Grabois no es Robin Hood. En todo caso será un actor que hace de Robin Hood: se pone el traje, se saca las fotos de rigor y actúa. pero después vuelve a su casa de recoleta y hace lo mismo que Uds.: lee a Chomsky y sueña con Lady Marion mientras reniega del reinado del príncipe Juan. No les voy a contar que Robin en realidad quería el regreso de la monarquía con el Rey Ricardo a la cabeza porque prometí no arruínales el día.

La cuestión es que Grabois estaba preparado para ingresar al campo, sacarse las fotos de rigor enfrentando a la policía y en el mejor de los casos abandonar el predio en un patrullero. Nunca se iba a imaginar que  que algunos miembros del gobierno se iban a hacer presentes para colaborar con la toma. Podemos imaginar, ante este nuevo escenario, que la toma de decisiones  quedó en manos de un grupo de improvisados que nunca habían pisado otro pasto que el de los parques de Palermo. Seguro que fue por eso que los tipos mandaron a comprar plantines de perejil.  es todo lo que pudieron conseguir a esa hora en un vivero de la zona. 

No se hagan más el bocho. no hay otra explicación. Nadie en su sano juicio va a plantear la soberanía alimentaria a base de perejil. Y si para muestra falta un botón, en el medio se asaron un cordero y se comieron unas cuantas achuras. Lo del perejil como les explico tiene que ver con improvisación y no con falta de literatura. 

Ahora dado que para la soberanía alimentaria necesitaríamos ingenieros agrónomos y no a estudiantes de sociales que no saben lo que es el arado, les propongo para la próxima toma una serie de negocios alternativos que cualquiera puede realizar.

Liga Profesional de Fútbol Chiqui Tapia

Tenés un terreno, gente afuera peleando por entrar, está rodeado de policías y se transmite en vivo por todos los canales de televisión. Si pones una redonda y un par de arcos, tenés un producto similar a los torneos de fútbol que organiza el chiqui Tapia. Es más, el gobierno le paga $50.000 durante 6 meses a cada participante. Negocio redondo. Con un poco de suerte hasta tu mamá te ve haciendo un gol por la TV. Se vende como pan caliente. Da para pensarlo.

Real Paint Ball

Para los amantes de la aventura, podemos desarrollar algo más tipo Paint Ball pero con armas reales. Solo tienen que hablar con el ministro Rossi que hace algunos años perdió un misil y ahora hizo desaparecer 48.000 municiones de fusiles FAL. Serían los de adentro contra la yuta que rodea el predio. Y hay pocas cosas más emocionantes en la vida que dispararle a la policía.

Estamos hablando de guita en serio. Este es un producto de exportación de primera calidad. Esto claramente es mucho mejor que los parques de Disney o Universal.  Olvídate de la vacuna rusa de Gines. Cuánto se puede estar llevando? Un par de dólares por vacuna, si son 25 millones de dosis, ponele que se lleve 50 palos verdes? Los reparte con Vizzotti y Gollán? Es un nene de pecho. 

Acá traes turistas que te dejan miles de dólares. Para darle el toque de soberanía alimentaria en el medio de la batalla les vendés unos choripanes con chimichurri y agrandás el combo. No puede fallar. Sale Grobo, entra Grabois. Y ni siquiera dependemos del precio de la soja que dice Alberto que es el modelo que fracasó.

Y si nada de esto funciona, les propongo que siembren una cuantas batatas y que con la leche del tambo te hagan unos buenos quesos boutique. Este servidor les compra la producción completa. A lo que sale acá el cuarto de Esnaola, hacemos negocio seguro.