lunes, 31 de diciembre de 2012

2013, vamos por todo...


Siempre a esta altura del año me pongo a hacer balances, a medir los resultados del año que se fue, a pensar en que cosas me gustaría que pasaran el año que empieza. Creo que hace como 20 años que hago lo mismo.

Fueron cambiando las metas, pero no los balances, que siempre tienen mucho en el debe y poco en el haber. Esos siempre me aquejan y no me dejan dormir. Y es todos los  años la misma historia. Porque no veo todo lo que si hice. Más bien pienso en todo lo que no hice. Soy de los que ven siempre lo que no está y no disfrutan de lo que si se tiene. Llamalo  inconformismo, inquietud, ceguera o necedad. No está bueno.

Y eso de que mejora con los años tampoco es cierto. Se va poniendo peor y peor, porque claro cada año que pasa estás más lejos de donde pensaste que ibas a estar y aunque tal vez estés más cerca de tu verdadera meta, la sensación es de lejanía.

Este año además tiene un condimento adicional: a punto de cruzar el umbral de los 40 las preguntas se vuelven mucho más pesadas. La sensación de inmortalidad le va dejando lugar a la vulnerabilidad y entonces te empezás a preguntar que pasa si te morís así, a mitad de camino de donde pensaste que ibas a llegar, que queda por hacer y que es lo que realmente querés hacer.

Y todo ese análisis decanta en la maduración de un plan que a partir de este mismo momento pongo en su lugar, con una nueva meta: terminar de construir el puente entre Alemania y Argentina. El mismo que mi viejo empezó a construir el día que nos dió a mi hermana y a mi el pasaporte alemán.

Fue mi bisabuelo el que en los albores de la primera guerra dejó Berlín y vino a Argentina a buscar un nuevo futuro para su familia. Y voy a ser yo el que le permita a mi descendencia elegir libremente si prefieren vivir acá o allá. Está claro que el mundo cambia y que no siempre lo que brilla es oro: hace 100 años Argentina parecía ser el futuro y Alemania el pasado y hoy te diría que es al revés.

A como evolucionó el mundo, debería ser bastante más fácil para mi cumplir la meta que lo que le puede haber resultado a mi abuelo venir para acá. Ellos dejaron todo y llegaron a Argentina solo con el conocimiento. Seguramente muchas veces se preguntaron si habían hecho lo correcto, pero no tenían forma de cambiar.

En cualquier caso, 4 generaciones después la decisión se puede corregir sin que por eso haya que volver a dejar todo atrás y arrancar de cero. Un puente tiene al menos 2 puntas y yo lo único que quiero es que los que vienen después puedan elegir su destino.

Tampoco la tengo tan fácil: hacer un plan en está Argentina del 2012 es cuanto menos temerario y no creo que sea más fácil en la del 2013. Vale decir, salirse es fácil, pero eso no es lo que quiero hacer. Yo quiero construir algo, no migrar y no volver nunca más. Eso casi que ya lo probé y no funcionó. Un plato volador que aterriza en un lugar es definitivamente distinto a un puente que se construye.

Y toda esa construcción tiene un objetivo, porque el día que mi puente esté construido y listo para ser usado, voy a ser el primero en probarlo, me voy a volver a sentar en un Biergarten de Berlin a tomar una rica cerveza y voy a pasear libremente por el Tiergarten hasta que llegue mi hora.

No es claramente una meta para el 2013...es una visión para mis próximos 15 años.  Pero estoy infinitamente feliz, porque por primera vez en mucho tiempo, tengo un plan. Así que 2013 adelante, vamos por todo.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Reflexiones de un 24 con 45 grados a la sombra

Siempre fui fanático del verano, la playa y el calor. Hasta que descubrí el invierno con nieve. A partir de ese momento cambié mis preferencias y mejor frío con abrigo que calor sin ropa. Igualmente es claramente una preferencia temporal: si estuviese viviendo en Siberia la playa, el mar y el calor extremos serían lo único en lo que podría pensar las 24 hs. del día. Supongo que esto formará parte de una próxima sesión de sicoanálisis.

Por suerte a la sombra de un aire acondicionado, me puedo tomar un tiempo para reflexionar sobre lo mal que estamos como sociedad. Y me abstraigo por un momento del gobierno de turno, definitivamente en las antípodas de mi pensamiento. Ellos están en ese lugar por un motivo muy claro: la ausencia de una propuesta superadora del otro lado y el conformismo de muchos que preferimos mirar y opinar a hacer y construir.

Hay sin embargo, un enemigo abstracto mucho peor: se llaman encuestas. Las encuestas, de las que abusan tanto el oficialismo como la oposición han reemplazado en la práctica a los principios y los valores. Esa transferencia hace que no haya posiciones firmes y que un mismo problema pueda ser importante o irrelevante o incluso bueno o malo en un corto lapso de tiempo.

Así las cosas, un día de 45 grados de calor es muy probable que la población demande piletas gratis para todos y todas, mientras que la demanda 48 hs. después del golpe de calor sea control a las compañías de seguros que no quieren pagar el granizo que seguramente caiga en un par de horas.

Una oferta electoral basada en principios y valores sería atemporal y defendería incluso la construcción de piletas para el verano en pleno invierno. Una oferta electoral basada en encuestas es calefones en invierno y piletas en verano. La diferencia es clara: la primera construye en el tiempo mientras que la segunda es solo contextual.

La sociedad en la que estamos viviendo se la pasa midiendo el minuto a minuto como si fuera un canal de televisión. De hecho todo se mide en términos de un período de tiempo muy corto: si mide bien sigue y sino, se rompe y se pasa al siguiente, que seguramente es el opuesto.

Hace 4 meses Cristina leía una oda a los barrabravas, destacando su valor al dejar la vida en un para avalanchas. Ahora se queja de que los jueces, después de actos de vandalismo los suelta a los 4 días. Macri por su parte dice al aire en un programa de televisión que "no puede opinar sobre la expropiación de la rural, porque es una noticia reciente y no tiene elementos". Lo que no tenía a mano era la encuesta para decir si a sus votantes la idea les parecía buena o mala.

No creo que ningún país se pueda construir basado en las encuestas. La constitución es justamente lo opuesto a las encuestas: es el conjunto de valores y normas que rigen a una sociedad independientemente de lo que quiera la población en ese momento en particular. Por eso justamente es que no se debe cambiar en función de las encuestas.

Las necesidades de la población pueden cambiar en función del clima. Los principios y valores son por el contrario, inmutables. Cuando la oferta política se  defina por estos últimos, incluso a pesar de las encuestas, estaremos empezando a construir una verdadera nación.

Yo por lo menos en esto me mantengo firme: estoy yendo al supermercado a comprar mi postre favorito para esta nochebuena. Que nunca falte una buena porción de #batatayqueso en mi mesa. ¡Feliz Navidad!

domingo, 9 de diciembre de 2012

#7Desesperados

La orden fue clara y precisa: al no poder cerrar #lacorpo, había que conseguir alguna presa fácil. Es que el gobierno es como el león, que cuando no consigue una presa de fuste, se conforma con pequeños bocados.

Así fue que el #8D a las 00:01 hs. recibí una intimación de Martín Sabbatella: como manejo algunos blogs míos y de terceros, el gobierno sostiene que tengo que desinvertir. De poco valen mis explicaciones y motivos. De nada sirve mostrar que de la vereda de enfrente hay otros blogeros haciendo lo mismo que yo con el signo opuesto. Todos ellos consiguieron poner el blog a nombre de sus hijos y mascotas. Yo no puedo más que cerrar los míos.

Hay uno por ejemplo que firma desde hace un par de meses con el nombre de su perro. Es un blog para  dueños de perros que indica donde conseguir alimento para mascotas a precio de 2006. En otro caso hay una blogera con propuestas de juegos Nac&Pop para niños en edad escolar. Cosas como ponerle la cola al mono colorado o el famoso poliladron al que se lo llama como "Montos y yuta".

Todos ellos son beneficiados con los billetes de la pauta oficial, mientras que yo me tengo que conformar con las migajas que me tira Google Adsense en función de las visitas que tengo. Y aunque aún no recibí ni mi primer cheque, el gobierno decidió que violo los artículos de la ley de medios y no me queda otra que vender, cerrar o ir a la cárcel.

Cerrar o ir a la cárcel definitivamente no son opciones. En el primer caso porque al menos si vendo podré rescatar algún valor. Ir a la cárcel por seguir manteniendo algo que no me reditúa $1, tampoco. Lo más sensato entonces es vender. Y así se lo hice saber al Sr. Sabbatella que por supuesto ya tenía candidatos.

Un contrato ya redactado y que solo tengo que firmar antes del #10D, pone todos mis blogs en manos de Cristóbal Lopez. En realidad la mitad son para Cristóbal y la otra mitad para Vila Manzano, porque sino claro, ellos también estarían violando la ley. No creo que les preocupe mucho...pero al menos desde las formas lo van a dibujar.

Así las cosas, estoy a menos de 12 horas de claudicar, comiendo la última ración de mi postre favorito: una buena ración de batata y queso. Mientras hago eso sigo pensando en los argumentos que aducen para obligar a #Lacorpo a vender Cablevisión.

El que más escuché ultimamente es que #Lacorpo compró señales de cables del interior comprando primero a unos y luego a otros, de forma de quedarse con el monopolio absoluto de la oferta y subiendo los precios hasta un 150%.

No digo que no sea cierto. Solo me pregunto que hizo el estado en su rol de controlador para evitar que eso sucediera. Aparentemente la medida correctiva fue permitir que cablevisón comprar Multicanal. A la luz de los hechos, una maniobra brillante: primero alimento al monstruo y después lo acuso justamente de eso. Cosas que solo hace una mente brillante.

Hay una infinidad de acusaciones similares. Curiosamente las mismas aplican para #lacorpo y sus competidores. Pero claro, al igual que con mis blogs, los competidores si pueden hacerlo. #Lacorpo no.

Supongo que si firmo el contrato,  a partir de mañana en este espacio tal vez se escuchen otras voces. Van a reemplazar la foto del batata y queso por la de algún postre patogénico. Y después seguirán haciendo humor político pero enfocado sobre el PRO o la oposición. Apuesto a que le van a dar mi puesto a Barone.

La verdad, mejor antes voy a la cárcel que dejarle esto a los amigos de #678. Prefiero ser un martir a venderle mi alma y mi blog a una manga de hijos de puta. Señor Sabbatella: pase por mi oficina mañana y confisque lo que quiera. Eso si, no se meta con mi heladera. Mi dulce de batata y mi queso no  los toca nadie.