viernes, 23 de noviembre de 2012

Arenales, entre Menem y Scioli

Sorprende el periódico de hoy con una noticia que solo se puede explicar en Argentina 2012. Resulta que la calle Arenales ahora tiene 5 sentidos distintos, dependiendo de la zona en la que se la circule. En principio era una calle que iba hacia el centro, después volvía y ahora va o vuelve o va y vuelve.

A esta altura culpar al responsable de tránsito porteño por tamaño dislate es insuficiente. Es que el amigo Dietrich hace rato que perdió el rumbo de la gestión y seguramente ya cambió tantas veces las manos y contramanos que hoy no tiene idea de que va hacia adonde. 

En el mundo civilizado, antes de hacer cualquier cambio de este estilo, se corren una serie de simulaciones con modelos matemáticos que permiten estimar los resultados antes de cambiar nada. Está claro que en esta Argentina con la importación tan cerrada que ni siquiera se pueden importar bombitas para los semáforos, las simulaciones y los modelos no corren. Probamos en vivo y en directo y cualquier cosa cambiamos. 

Lo de las bombitas en los semáforos es también sorprendente. Me arriesgo a decir que 1/4 de los semáforos instalados tienen solo 2 de las 3 luces correspondientes en orden. Como siempre los semáforos vienen de a 2 o 3 por esquina, al menos 1 de esos tiene todas sus luces y con eso alcanza. 

Igual este post apunta en otra dirección: es razonable que Arenales tenga 5 sentidos distintos. En el fondo no es otra cosa que reflejar la realidad nacional que nos muestra que la mayoría de los políticos que apoyaron a Menem en los 90 hoy se vuelven más progresistas que Cristina. A decir verdad, progresista ahí no hay ninguno. Corren en la dirección opuesta, pero solo por un rato, al igual que Arenales.

Por eso no sería ridículo pensar que en algún momento a algún cráneo de esos que abundan en la legislatura porteña venga con un proyecto de ley para cambiar los nombres de las transversales a Arenales. Así por ejemplo Arenales entre Menem y Duhalde correría hacia el norte entre Duhalde y Cristina iría hacia el sur con algún que otro desvío y seguramente entre Cristina y Macri o Scioli vuelva a ser mano al centro. 

Algo de esto dejo entrever Daniel en su discurso de ayer: "La continuidad con cambio". A esta altura de todas maneras, afirmar en que dirección corre Scioli sería futurología: fue consecutivamente Menemista, Duhladista, Kirchnerista y Cristinista. Casi igual que la calle Arenales.

No va a quedar otra que vender los autos y viajar en bicicleta o morir en el intento. Hasta ese momento me voy a disfrutar de una buena porción de mi postre favorito: un buen vigilante de batata y queso. Porque hay cosas que por suerte no cambian nunca....





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